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jueves, 24 de noviembre de 2011

Una charla con Guardiola (4ta. Parte)

"Profesionalidad es una palabra que odio"

Sobre la pasión

Contra la profesionalidad

Creo más en el mundo amateur que en la profesionalidad, que es una palabra que odio.
Creo en el amateur, en el que hace lo que hace porque le gusta, porque tiene pasión,
en el que acaba el partido y dice:

"No, yo mañana entreno, quiero jugar",
o en el que desde primera hora ya toca el balón.

Llevamos un ritmo importante de partidos y siguen queriendo jugar,
esto es puramente amateur.
Como cuando eras niño e ibas a la plaza a jugar al fútbol venticuatro horas si podías.

La gran suerte que tenemos nosotros es que hacemos de nuestro amateurismo nuestra profesión.
El drama es que mucha gente le gustaría dedicarse a eso que tanto les gusta,
sin embargo no tienen la habilidad necesaria o hay otros que son mejores.

Yo reivindico siempre el amateurismo de las cosas, que hagas tu trabajo por amor,
porque lo sientes, porque te gusta.

Haz lo que te gusta

El año que dejé de jugar me invitaron para dar unas charlas  y fuí
a algunos colegios.

Yo le decía:"Mirad, cuando vayáis a dormir,
apagad la luz y pensad qué os gusta hacer.

¿Qué os gusta?
¿Te gusta ir todo el día a la montaña a coger caracoles?
!Pues dedícate a eso!"

Yo el consejo que les daré a mis hijos es que procuren hacer algo que les guste.
¿Que luego se dan cuenta de que han metido la pata?
Pues han metido la pata.

Veremos si en el proceso tienen la suerte de darse cuenta y rectificar.
El drama es que cuesta saber lo que te gusta.

La vocación es un don

Creo que debemos de dirigirnos a los vocacionales.

Yo cuando veo a doctores que están doce y catorce horas operando,
hablando con el paciente....
me caen las lágrimas de emoción.

Te lo prometo.Tú ves al que pones a jugar,
fisioterapeutas que están en todo....
y, sin embargo, hay otros que vienen, dan el masaje y a casa.

Creer en la gente

Cuando uno no da todo lo que puede, entonces pienso que
a lo mejor algo le pasa en su vida privada o que tiene algún problema.

Entonces ahí le tengo que echar una mano.
Cuando uno no da al equipo no es porque sea malo o un jeta.

Si fuese así, o me voy yo, o al día siguiente esta persona está fuera.
Igual sí que es así, al final, y me doy cuenta tarde,
pero yo primero le tiendo la mano.

A mí me pasa mucho que veo un conflicto y a los cinco minutos
digo: "A éste le echo, no le aguanto".

Pero tu obligación es otra.
A mi me pagan para gestionar a este jugador, para recuperarlo.
Y yo voy e intento otra vez echarle una mano.

¿Para qué?.Yo no creo que ellos no quieran hacerlo bien, si no,
no podría estar con ellos, me iría.

Sobre la humildad

Siempre le digo a mi gente:
"No hagáis ostentación de muchas de las cosas que tenemos porque hay gente que lo está pasando mal, sed humildes".

Yo me siento más cómodo con la gente de perfil bajo que con la de perfil alto,
la gente ostentosa.
Prefiero que mis jugadores tengan un coche o dos a que tengan siete,
por poner un caso.

Al final, nosotros también estamos dando un mensaje a la sociedad
y creo que tenemos una responsabilidad.
Me dicen:"Es que la celebración de la última liga de 99 puntos
fué muy sencilla".

Simplemente lo disfrutamos más en la intmidad,
recordándolo los que tuvimos la suerte de vivirlo y decir
"qué bien lo hicimos".






( Banco Sabadell )

sábado, 19 de noviembre de 2011

Una charla con Guardiola (3era. parte)

"Al final todo se reduce a sentirse querido"


Sobre la exigencia

La presión y como vivir con ella

Ante la victoria no es que te acomodes, en todo caso te confunde.
Pero acomodarte en un entorno tan exigente como el nuestro es muy difícil.

Yo he vivido la derrota y lo duro que puede llegar a ser.
Yo digo siempre que tenemos un chip en alguna parte del cerebro, antes del partido,
en un campo en el que ya has ganado, y dices:
"Qué bien, qué bien ...".

Pero se va acercando el partido y el mismo se va activando y te dice: "Ten cuidado, trabaja,
hazlo bien, gana, gana, gana, que si no....".

Y esto te pone alerta.
Imagina que noventa mil espectadores te silben y al día siguiente haya diez columnas
en prensa donde te critiquen.

Y luego a los dos días vuelves a ponerte delante
de estas noventa mil personas....

A la mayoría de la gente la juzga su jefe.
A nosotros, no.
Imagina leer el periódico y que te veas ahí...(silba)

Gestionar el agotamiento

Hay días que los jugadores vienen y los ves cansados.
Llegamos de una serie de siete partidos seguidos
y a los diez minutos les digo:
"Eh venga, a la ducha, vete a casa a comer y mañana nos vemos"

Eso es pura intuición.
Si están frescos, alargas diez minutos más el entrenamiento,
o cojo a la defensa y aprovecho para hacer otra cosa.
En función de lo que ves, vas añadiendo.

Crear cansa

El más talentoso es el mas fatigado.
Crear cuesta mucho y cansa mucho.

Lo que hacen, de manera natural, jugadores considerados los mejores del mundo, cansa muchísimo.
Tienen que crear y siempre habrá expectativas de que en cada
partido hagan tres goles.

Eso cansa una barbaridad.
Crear cansa.
Siempre hay uno del que se espera mas,
su repercusión mediática es mucho mayor.
Y todo eso también cansa.

Un experimento para detectar el talento

Si cerrase los ojos y diera a cada jugador una libretita
y les pidiera hacer la alineación
o elegir a los once mejores,
o los otros diez con quienes les gustaría jugar,
cada uno de ellos seguramente acertaría,
mas o menos.

Se pondrían todos, evidentemente,
pero con los otros diez
no creo que que hubiesen muchos errores.

Por eso digo que cuando voy a fichar a alguien,
si me llegan comentarios de los compañeros
que han entrenado con él y me dicen
"este es bueno", suelo tenerlo en cuenta.
Estos son los parámetros en los que uno se tiene que fijar.

Sentirse querido

El jugador se va y se va a casa.
Yo acabo, gano, tomo un poco de jamón en el vestuario
o una copa de vino.

Ok, perfecto, hoy hemos ganado.
Pero luego viene un jugador y dice:"No veas como está de enfadado
el que no ha jugado, el que no has sacado, el que has hecho calentar..."

Y tú te llevas a casa el enfado de ese jugador.
Y dices: "A ver que hago yo para volver a ganármelo mañana"

Y no le puedo decir:"Tranquilo, ya jugarás mañana"
No, porque somos adultos, y si le digo: "No has jugado por este motivo",
el lo que entiende es: "Tu quieres a ése y no me quieres a mi".

Por que al final todo se reduce a sentirse querido.
Se trata de hacer un trabajo que te guste y sentirse amado.
En basquet, el entrenador los hace jugar a todos en un partido.

Yo en una plantilla de diecinueve o veinte jugadores dejo a diez sin jugar.
Y ellos entienden que yo no les quiero, continuamente.
Es un drama.


(Banco Sabadell)



lunes, 7 de noviembre de 2011

Una charla con Guardiola (2da. parte)

"Jamás le he pedido a un jugador algo que no pueda hacer, jamás"


Sobre las plazas de los pueblos

Tanto el afán de superación como la ambición son necesarios.
El deporte es una competición.
Pongo siempre el ejemplo de cuando éramos pequeños y en la plaza
del pueblo nos poníamos una camiseta y jugábamos "tú contra mí" y yo entonces ya te quería ganar.
O cuando hacías toques con el balón; llegaba un momento en el que hacías quinientos, luego hacías seiscientos y el próximo día ochocientos.
Yo creo que la superación está en el ser humano.
Allá donde trabajas te van poniendo retos:
"Ahora viene este reto, después vendrá este otro,
éste ya lo he hecho y no me motiva...."
Pero cuando el reto te llama, tu te tiras.


La iniciativa como estilo

Nuestra manera de entender el juego es de proponer.
Yo no espero a que el otro equipo haga algo, no,
yo voy a por tí.
Si ganamos será mérito nuestro y si perdemos
será culpa nuestra.
Nosotros proponemos y otros disponen.
Esto se traduce así: "Voy a jugar
y voy a ser protagonista, a hacer algo en el
partido, no a esperar a que las cosas sucedan"
Y de esos equipos no hay muchos.
Sabemos que hacer y crear es mas difícil que simplemente estar ahí.
Por eso somos admirados en el mundo,
por cómo lo hemos hecho.

Los límites

Uno puede pensar: "No he ganado, no he podido, no he sabido".
En este trabajo también hay una parte de responsabilidad en el sentido de que aquí no hay límites y, sin embargo,
debemos saber qué podemos pedir y qué no.
Por poner un ejemplo, no le voy a pedir a Guardiola jugador que vaya a rematar los córners de cabeza.
Tiene que ver con el sentido común de un entrenador que conoce a sus jugadores y sus límites, el hasta dónde podemos llegar.
Como entrenador de un equipo, conociendo las competiciones en que juegas, piensas:
"Somos capaces de ganar a cualquiera y de ser campeones es todas las competiciones".
Y no lo pienso porque lo hayamos hecho, no, ya lo pensaba antes de empezar.
Ellos saben que todo lo que les pido lo pueden hacer.
Jamás le he pedido a un jugador algo que no pueda hacer, jamás.


Gestionar las capacidades

A mis jugadores les pido aquello que pueden hacer para que ante todo se sientan seguros antes de salir al campo.
A mí me pasaba cuando era jugador.
Antes de empezar yo ya veía el partido aquí (se señala la sien),
veía el partido con los ojos cerrados y lo veía claro.
Entonces ese partido iba al bote, me lo pasaba bien.
El día que no lo veía y decía:" Esto no lo veo claro,
porque el entrenador le está pidiendo a este jugador que haga algo que no hace",
ese día, no hacíamos precisamente un buen partido.
Por eso, yo les pido a todos cosas que sé que pueden hacer.
Pero no un día ni dos, hablo de setenta partidos.
Hay que conseguir que eso que les pido lo puedan hacer durante setenta partidos
y encima se sientan cómodos haciendolo.
Mi tarea es gestionarlo.




















(Banco Sabadell)

miércoles, 2 de noviembre de 2011

Una charla con Guardiola (1era. Parte)

"Lo que te hace crecer es la derrota"

Lo que te hace crecer es la derrota, el error.
Es lo que te mantiene alerta.
En la victoria piensas: "Genial, hemos ganado".
Y seguro que hemos hecho cosas mal, pero te relajas.

Para lo único que sirve la victoria es para dormir bien.
Sin embargo, cuando no tienes esa tensión necesaria, el miedo a quedar mal, el miedo a que te destrocen en la prensa, entonces no te esfuerzas como debes.

En este contexto de tensión casi constante, cada desición tiene mucho peso.
Por eso, cuando haces algo, no debes creer que debes hacerlo, debes sentir que debes hacerlo.

Y esto pasa con la innovación.
Innovas si realmente lo sientes.
Yo necesito sentir las cosas, no creerlas.
Cuando las siento, voy derecho, no tengo miedo y me lanzo.



Sobre la intuición


Yo creo que si tuviera que explicar como lo hemos hecho durante este tiempo, lo explicaría a través de las anécdotas y experiencias de cada momento.

En un momento tomas una decisión que te obliga a tomar otra y, en suma, obtienes este resultado.
No se trata de hacer a, b, y c, llegar con la corbata bien puesta y entrenar siempre de la misma manera, no.

Hoy decido entrenar de esta manera y mañana quizás me levante pensando en hacer lo contrario.
Es la gracia de ser entrenador, la intuición.


Esto es un juego


En mi etapa como jugador, cuando jugaba bien y cuando hacía jugar bien a otro compañero, intuía cuáles eran las razones.

A partir de los 25 o 26 años, un entrenador decía:"Hoy jugaremos así", y yo pensaba: "No así no".
De ahí vienen mis ganas de entrenar.

Tenía ideas y pensaba: "Tengo que probarlo, no se sí funcionará pero hay que probarlo".
Y todo viene de lo que había aprendido en el campo con mis entrenadores.

En el campo decía: "Esto me hace fácil el trabajo, se lo hace fácil a aquel y a aquel otro"; mi idea era intentar plasmarlo desde fuera y ver si funcionaba.

Al final, esto es un juego.
Mi momento de placer llega cuando me siento delante del ordenador, analizo al contrario y  comienzo a jugar: " Si ellos lo hacen así, nosotros atacaremos por aquí, entonces nos atacarán y tendremos que cubrir..."


Ese es el momento en el que cobra sentido mi trabajo.




* Banco Sabadell