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sábado, 19 de noviembre de 2011

Una charla con Guardiola (3era. parte)

"Al final todo se reduce a sentirse querido"


Sobre la exigencia

La presión y como vivir con ella

Ante la victoria no es que te acomodes, en todo caso te confunde.
Pero acomodarte en un entorno tan exigente como el nuestro es muy difícil.

Yo he vivido la derrota y lo duro que puede llegar a ser.
Yo digo siempre que tenemos un chip en alguna parte del cerebro, antes del partido,
en un campo en el que ya has ganado, y dices:
"Qué bien, qué bien ...".

Pero se va acercando el partido y el mismo se va activando y te dice: "Ten cuidado, trabaja,
hazlo bien, gana, gana, gana, que si no....".

Y esto te pone alerta.
Imagina que noventa mil espectadores te silben y al día siguiente haya diez columnas
en prensa donde te critiquen.

Y luego a los dos días vuelves a ponerte delante
de estas noventa mil personas....

A la mayoría de la gente la juzga su jefe.
A nosotros, no.
Imagina leer el periódico y que te veas ahí...(silba)

Gestionar el agotamiento

Hay días que los jugadores vienen y los ves cansados.
Llegamos de una serie de siete partidos seguidos
y a los diez minutos les digo:
"Eh venga, a la ducha, vete a casa a comer y mañana nos vemos"

Eso es pura intuición.
Si están frescos, alargas diez minutos más el entrenamiento,
o cojo a la defensa y aprovecho para hacer otra cosa.
En función de lo que ves, vas añadiendo.

Crear cansa

El más talentoso es el mas fatigado.
Crear cuesta mucho y cansa mucho.

Lo que hacen, de manera natural, jugadores considerados los mejores del mundo, cansa muchísimo.
Tienen que crear y siempre habrá expectativas de que en cada
partido hagan tres goles.

Eso cansa una barbaridad.
Crear cansa.
Siempre hay uno del que se espera mas,
su repercusión mediática es mucho mayor.
Y todo eso también cansa.

Un experimento para detectar el talento

Si cerrase los ojos y diera a cada jugador una libretita
y les pidiera hacer la alineación
o elegir a los once mejores,
o los otros diez con quienes les gustaría jugar,
cada uno de ellos seguramente acertaría,
mas o menos.

Se pondrían todos, evidentemente,
pero con los otros diez
no creo que que hubiesen muchos errores.

Por eso digo que cuando voy a fichar a alguien,
si me llegan comentarios de los compañeros
que han entrenado con él y me dicen
"este es bueno", suelo tenerlo en cuenta.
Estos son los parámetros en los que uno se tiene que fijar.

Sentirse querido

El jugador se va y se va a casa.
Yo acabo, gano, tomo un poco de jamón en el vestuario
o una copa de vino.

Ok, perfecto, hoy hemos ganado.
Pero luego viene un jugador y dice:"No veas como está de enfadado
el que no ha jugado, el que no has sacado, el que has hecho calentar..."

Y tú te llevas a casa el enfado de ese jugador.
Y dices: "A ver que hago yo para volver a ganármelo mañana"

Y no le puedo decir:"Tranquilo, ya jugarás mañana"
No, porque somos adultos, y si le digo: "No has jugado por este motivo",
el lo que entiende es: "Tu quieres a ése y no me quieres a mi".

Por que al final todo se reduce a sentirse querido.
Se trata de hacer un trabajo que te guste y sentirse amado.
En basquet, el entrenador los hace jugar a todos en un partido.

Yo en una plantilla de diecinueve o veinte jugadores dejo a diez sin jugar.
Y ellos entienden que yo no les quiero, continuamente.
Es un drama.


(Banco Sabadell)



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